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martes, 3 de febrero de 2009

¿Qué es ser mocho?

(León con cría)

Estimados amigos, ahora no les comentaré sobre el cinismo de FeCal en Davos ni cuando, como perrito faldero, fue a lamerle las botas a Obama, ni de la crisis económica. Ahora quiero dar respuesta a una pregunta fundamental que me hizo mi maestro de catecismo la semana pasada: ¿qué es ser mocho?.

Aunque ya le respondi verbalmente le prometí escribirlo. La palabra mocho, en un contexto nacional, significa "Santurrón"; esto es, que es "exagerado en los actos de devoción" y también, "un hipócrita que aparenta ser devoto". Este adjetivo empezó a ser utilizado durante la Guerra de Reforma donde Juárez y los liberales luchaban contra los conservadores (los antiguos panistas) y la iglesia para quitarles todos sus privilegios y establecer un estado laico. Obvio decir que a los conservadores y todos los fanáticos religiosos se les llamaba asi: mochos. Una explicación burda para usar la palabra mocho es que, al hacer la señal de la cruz con la mano, los santurrones cruzan el dedo gordo sobre el dedo índice "cortándolo o mochándolo". Espero más información de los "sabios de internet" sobre esto.

En esa lucha para separar al Estado de la influencia perniciosa de la iglesia, se distinguieron dos ciudades como mochas: Puebla y Querétaro. Durante el sitio de Puebla los poblanos no dieron ningún apoyo al Ejército de Oriente de mi General Zaragoza a tal grado que dijo que los poblanos son "gente mala, de sangre mala". Esos poblanos (el clero y la población) se congratularon cuando entró el ejército suavo a la catedral y le dieron "gracias a dios" de que había llegado un "ejército decente". Posteriomente, cuando los liberales persiguieron a Maximiliano y a los traidores mexicanos mochos hasta Querétaro, los queretanos brillaron por su ausencia para brindar el apoyo requerido. Demostrando su nostalgia hacia el Imperio, los queretanos actuales han querido declarar al queretano Tomás Mejía (junto con Miramón y Maximiliano fueron fusilados en el Cerro de las Campanas) prócer de la ciudad y poner sus restos junto a los de la Corregidora.

Durante la Guerra Cristera, donde al grito de ¡Viva cristo rey! y azuzados por los curitas (mensajeros de la muerte les decía Nietzsche), los mochos asaltaban trenes asesinando a civiles, y de esta guerra fraticida salieron a relucir las regiones más mochas: el oriente de Michoacán, todo Guanajuato y el sur de Jalisco. En Lagos de Moreno, inclusive, existe el Museo del Cristero y ya se está construyendo el santuario de los mártires cristeros en Guadalajara, con dinero del erario público que ha regalado el mocho Gobernador Emilio González al satánico cardenal Sandoval Íñiguez.

Pero, en estos tiempos, ¿cómo se identifica a una persona mocha? Las siguientes características identifican a un mocho y deben considerarse:
  • Asisten cada semana (preferentemente los domingos) a misa,
  • Tienen una foto de Juan Pablo II en la sala de su casa y crucifijos en las recámaras,
  • Se persignan al pasar en cada imágen religiosa y en cada iglesia. Conocí transportistas que se persignaban ante el indio Conin que está a la entrada de Querétaro, pensaban que era un santo,
  • Se persignan ya en cada actividad que viven: al levantarse, al anotar un gol, al entrar o salir de un juego, al hacer un exámen, con la "virgencita" que está en su centro de trabajo, etc. Consideran que el destino está preestablecido, que depende de lo que designe "dios" y no de lo que haya hecho o dejado de hacer, no es dueño de su destino,
  • Están limitados para dar respuesta a cuestiones desconocidas, no se hacen preguntas del porqué de las cosas y dan la "explicación" más irracional e insensata de los últimos dos mil años: "dios actúa de forma misteriosa",
  • En lugar de enviar viejas encueradas por internet envían correos religiosos (oraciones), sobre la amistad y la superación personal, tipo Miguel Ángel Cornejo, ¡cursilería pura!,
  • Exclaman constantemente palabras como: ¡Jesús bendito!, ¡Santo niño de atocha!, ¡Jesús nos ampare!, ¡qué dios nos agarre confesados!, ¡primero dios!, etc., esperando que se resuelvan sus problemas con sólo invocar a los dioses,
  • Tienen avisos en la puerta de su casa que dice: "Este hogar es católico, no se admite propaganda ...". Al visitar a un maestro, allá en Celaya, tiene pegada, a la pared de su casa, una placa que dice: "Aqui vive dios". ¡qué emoción sentí! Cuando toqué el timbre casi el corazón se me para esperando ver quien salía. Sólo salió mi maestro y me dio pena preguntarle si había alguien más,
  • Consideran la biblia como de origen divino y "fuente de sabiduría" cuando es solo un libro de leyendas, cuentos y tradiciones. Todo mocho tiene una biblia en su casa.

Si Uds. presentan alguna característica como las señaladas anteriormente, todavía es tiempo de regresar al mundo real. Si por viejos ya no pueden, por lo menos no contaminen a sus hijos.