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jueves, 23 de julio de 2009

Un Concierto de Blues

(Festival Pozos Blues)

El pasado sábado 11 de julio se presentaron 6 bandas de blues en el Festival de Pozos Blues que se llevó a cabo en un pueblito llamado Mineral de Pozos, en el estado de Guanajuato.

Qué respiro para el alma poder escuchar en vivo esta música y descansar de la música de banda que tanto se escucha por acá. El blues es desconocido para las nuevas generaciones y difícilmente entienden que este ritmo es el origen de toda la música moderna actual. El rock & roll, el rock clásico, el pop, el hip-hop, el heavy metal y demás ritmos actuales, no se hubieran concebido si los esclavos negros, traídos de África, no hubieran podido expresar sus sentimientos de dolor y fatiga, tanto física como espiritual, a través de cantos y después de las duras jornadas en los campos algodoneros localizados en el delta del Mississippi.

Primero surgió la música Gospel, que involucraba temas religiosos y se cantaba dentro de las iglesias evangélicas, donde expresaban, con el sentimiento típico de la gente de color, temas sobre el pecado, el placer y el dolor del sexo, la tragedia, la cárcel, la risa, la ebriedad, la desesperación o la pura alegría.

Los estilos que se generaron fueron el Blues Country, el Blues Clásico o de Ciudad y el Rhythm & Blues.

En México, el grupo más conocido pero que se disolvió hace poco por problemas de salud de su líder, fue Real de Catorce. En este festival estuvieron los grupos Corazón Endiosado, Angel D' Mayo Blues Band, The Fart Blues, Yellow Dog, La Tregua y La Rambla. Cada año se hace este festival y el pueblo Mineral de Pozos está entre San Luis de la Paz y Dr. Mora, a 45 minutos de Querétaro.

Como recuerdo los antiguos festivales de Jazz & Blues que se efectuaban en el Auditorio Nacional, allá por los años 80`s, donde pude escuchar a B. B. King. O a Eric Clapton hace años en el Foro Sol.

Bueno, subí un pequeño video de una probadita de este concierto.

miércoles, 22 de julio de 2009

Los "lame-botas"

(Playa del Pacífico)
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La semana pasada asistí a una Convención, en la Cd. de México, donde se buscó la integración del personal que labora en una organización. Después de escuchar las políticas, estrategias organizacionales, los objetivos y los indicadores de desempeño, se tuvieron dinámicas motivacionales para fomentar ciertas actitudes positivas para el trabajo diario.

El esfuerzo que hace cualquier organización para fomentar el nivel de competencia de los involucrados en sus actividades debe considerarse como una acción positiva. Durante la interacción de los participantes tuve que identificar a los típicos “lame-botas” que existen en todo tipo de organización.

¿Quiénes son éstos?

Son aquellas personas que pierden la dignidad al comportarse en forma ridícula, cursi y patética, con tal de agradar a los directivos (o al dueño) de una organización y, con esto, asegurar su puesto de trabajo. Se manifiestan como los chistosos, los que siempre están de acuerdo con el patrón, los que no tienen horario para salir del trabajo, que les importa más la empresa que su familia, tratan de identificarse con quienes tienen el poder en una empresa y tratan mal a los que tienen menos jerarquía que ellos.

En la convención citada, un típico "lame-botas" fue entrevistado enfrente de todos y tuvo la oportunidad de decir lo que los directivos quieren oír. Dijo literalmente que el “no traía la camiseta de la organización” sino que tenía a la empresa “impregnada en la piel y en la sangre”. Varios de los presentes sentimos escalofrío al escucharlo, y tristeza de ver cómo puede autohumillarse un ser humano. Todo por mantener el trabajo. ¿Será válido en esta crisis de empleo?

Desde mis inicios laborales he criticado esta actitud y, en innumerables ocasiones lo he planteado de esta manera: todo trabajador, empleado y prestador de servicios debe de respetar a la organización a la que pertenece o al cliente que le compra sus servicios. Pero este respeto está contemplado en los compromisos adquiridos y establecidos en un Contrato elaborado al inicio de una relación laboral. El respeto se manifiesta en cumplir, con profesionalismo y ética, las actividades solicitadas, en los tiempos establecidos y consiguiendo los objetivos predeterminados, aplicando todo el conocimiento o habilidades adquiridas.

Pero hasta ahí. Los típicos lame-botas siempre están dispuestos a quedarse más tiempo en su trabajo, aunque se hagan pendejos, adulan a los jefes y critican a otros empleados para desviar la atención sobre ellos, pues normalmente no consiguen resultados (esto lo suplen con su supuesta gracia para ser los bufones de las reuniones).

Sobre el tiempo que permanecen en el trabajo, un amigo gurú de la calidad me comentaba que estos susodichos, o requieren ayuda para hacer su trabajo o les queda “grande” la responsabilidad que tienen. El trabajo debidamente planeado, debe hacerse en el tiempo asignado y en el horario establecido en el centro de trabajo.

Podríamos pensar que cada quien hace de su vida lo que quiera, pero en este caso, los lame-botas son puntos de referencia de los directivos en una empresa, pues si éstos se quedan más tiempo en el trabajo, van los sábados y hasta domingos a trabajar, no hacen uso de viáticos cuando se requiere trasladarse fuera de la organización, toman camión en la noche para evitar hospedarse en un hotel y nunca contradicen al jefe, los que no sigan este patrón de comportamiento, son considerados como personas “negativas” y no fieles a la empresa.

¡Qué pena por ellos!

Después de las elecciones

(Pez Koi)

¿Cuál es la causa de que México sea un estado fallido?

El presidente “pelele”, el “espurio”, el llamado “del empleo”, ha fallado. Ha llevado a cuestas el estigma de haber llegado al poder a través del fraude, por lo que ha requerido el apoyo del ejército para desanimar cualquier movimiento popular, aunque oficialmente es “su guerra” contra el narco y la delincuencia organizada. Utiliza la misma estrategia que aplicó quien maneja verdaderamente los hilos del poder en México, Carlos Salinas de Gortari, quien, después de la “caída del sistema” en 1988, tuvo que pedir el apoyo de la iglesia católica (la famosa “puta de Babilonia” de Fernando Vallejo) e inició nuevamente el maridaje iglesia-estado que, con la vida ofrendada de miles de mexicanos, luchó Benito Juárez en el siglo XIX para separarlos.

Además de su ineptitud como gobernante, son notables sus transformaciones metamórficas (o camaleónicas). Se colocó una chaqueta militar (conocido en ése momento como el “soldadito de chocolate”), que le quedaba grande, para iniciar una guerra contra el narco destinada al fracaso y que ha generado una serie de violaciones a los derechos humanos por parte del ejército, la cual ha sido denunciada incluso en el extranjero.

Después fue “doctor” al diagnosticar una “gastritis crónica” para explicar la muerte de una indígena violada por elementos del ejército en Zongolica, Ver. No menos patético fue cuando se convirtió en “meteorólogo” o “ambientalista” al explicar la causa de la inundación en Villahermosa, Tabasco, debido, según él, al "calentamiento global" de la Tierra; esto es, no fue el mal manejo de la presa Peñitas y no hubo responsabilidad de la CONAGUA (Comisión Nacional del Agua).

Pero la perla de las estupideces es lo que dijo hace unas semanas atrás que, en su papel de “predicador”, dijo que los jóvenes adictos a las drogas lo son porque “no conocen a dios”. Se supone que se refirió al dios cristiano, por lo que los judíos, musulmanes, budistas, ateos, agnósticos y todos los que consideren que Jesucristo es una leyenda (muy lucrativa por cierto) y que no vamos a misa los domingos, o somos drogadictos o estamos en una situación potencial de serlo.

Mientras los más ricos se vuelven más ricos y los jodidos siguen viviendo al día (la preocupación es qué comer hoy pues mañana quién sabe), la impunidad hacia los depredadores del erario se mantiene y no se ve un futuro halagador para nuestro país. La mayoría de los países latinoamericanos han optado por cambios socioeconómicos en beneficio de su población y sólo México y Colombia se mantienen como “cachorros del imperio”, siguiendo las políticas neoliberales, en beneficio de los potentados, dictadas por Washington, el FMI y el Banco Mundial, y sus representantes en México, las televisoras, los empresarios, los banqueros y la iglesia.

¡Triste perspectiva para nuestro país!