¿Cuál es la causa de que México sea un estado fallido?
El presidente “pelele”, el “espurio”, el llamado “del empleo”, ha fallado. Ha llevado a cuestas el estigma de haber llegado al poder a través del fraude, por lo que ha requerido el apoyo del ejército para desanimar cualquier movimiento popular, aunque oficialmente es “su guerra” contra el narco y la delincuencia organizada. Utiliza la misma estrategia que aplicó quien maneja verdaderamente los hilos del poder en México, Carlos Salinas de Gortari, quien, después de la “caída del sistema” en 1988, tuvo que pedir el apoyo de la iglesia católica (la famosa “puta de Babilonia” de Fernando Vallejo) e inició nuevamente el maridaje iglesia-estado que, con la vida ofrendada de miles de mexicanos, luchó Benito Juárez en el siglo XIX para separarlos.
Además de su ineptitud como gobernante, son notables sus transformaciones metamórficas (o camaleónicas). Se colocó una chaqueta militar (conocido en ése momento como el “soldadito de chocolate”), que le quedaba grande, para iniciar una guerra contra el narco destinada al fracaso y que ha generado una serie de violaciones a los derechos humanos por parte del ejército, la cual ha sido denunciada incluso en el extranjero.
Después fue “doctor” al diagnosticar una “gastritis crónica” para explicar la muerte de una indígena violada por elementos del ejército en Zongolica, Ver. No menos patético fue cuando se convirtió en “meteorólogo” o “ambientalista” al explicar la causa de la inundación en Villahermosa, Tabasco, debido, según él, al "calentamiento global" de la Tierra; esto es, no fue el mal manejo de la presa Peñitas y no hubo responsabilidad de la CONAGUA (Comisión Nacional del Agua).
Pero la perla de las estupideces es lo que dijo hace unas semanas atrás que, en su papel de “predicador”, dijo que los jóvenes adictos a las drogas lo son porque “no conocen a dios”. Se supone que se refirió al dios cristiano, por lo que los judíos, musulmanes, budistas, ateos, agnósticos y todos los que consideren que Jesucristo es una leyenda (muy lucrativa por cierto) y que no vamos a misa los domingos, o somos drogadictos o estamos en una situación potencial de serlo.
Mientras los más ricos se vuelven más ricos y los jodidos siguen viviendo al día (la preocupación es qué comer hoy pues mañana quién sabe), la impunidad hacia los depredadores del erario se mantiene y no se ve un futuro halagador para nuestro país. La mayoría de los países latinoamericanos han optado por cambios socioeconómicos en beneficio de su población y sólo México y Colombia se mantienen como “cachorros del imperio”, siguiendo las políticas neoliberales, en beneficio de los potentados, dictadas por Washington, el FMI y el Banco Mundial, y sus representantes en México, las televisoras, los empresarios, los banqueros y la iglesia.
¡Triste perspectiva para nuestro país!
El presidente “pelele”, el “espurio”, el llamado “del empleo”, ha fallado. Ha llevado a cuestas el estigma de haber llegado al poder a través del fraude, por lo que ha requerido el apoyo del ejército para desanimar cualquier movimiento popular, aunque oficialmente es “su guerra” contra el narco y la delincuencia organizada. Utiliza la misma estrategia que aplicó quien maneja verdaderamente los hilos del poder en México, Carlos Salinas de Gortari, quien, después de la “caída del sistema” en 1988, tuvo que pedir el apoyo de la iglesia católica (la famosa “puta de Babilonia” de Fernando Vallejo) e inició nuevamente el maridaje iglesia-estado que, con la vida ofrendada de miles de mexicanos, luchó Benito Juárez en el siglo XIX para separarlos.
Además de su ineptitud como gobernante, son notables sus transformaciones metamórficas (o camaleónicas). Se colocó una chaqueta militar (conocido en ése momento como el “soldadito de chocolate”), que le quedaba grande, para iniciar una guerra contra el narco destinada al fracaso y que ha generado una serie de violaciones a los derechos humanos por parte del ejército, la cual ha sido denunciada incluso en el extranjero.
Después fue “doctor” al diagnosticar una “gastritis crónica” para explicar la muerte de una indígena violada por elementos del ejército en Zongolica, Ver. No menos patético fue cuando se convirtió en “meteorólogo” o “ambientalista” al explicar la causa de la inundación en Villahermosa, Tabasco, debido, según él, al "calentamiento global" de la Tierra; esto es, no fue el mal manejo de la presa Peñitas y no hubo responsabilidad de la CONAGUA (Comisión Nacional del Agua).
Pero la perla de las estupideces es lo que dijo hace unas semanas atrás que, en su papel de “predicador”, dijo que los jóvenes adictos a las drogas lo son porque “no conocen a dios”. Se supone que se refirió al dios cristiano, por lo que los judíos, musulmanes, budistas, ateos, agnósticos y todos los que consideren que Jesucristo es una leyenda (muy lucrativa por cierto) y que no vamos a misa los domingos, o somos drogadictos o estamos en una situación potencial de serlo.
Mientras los más ricos se vuelven más ricos y los jodidos siguen viviendo al día (la preocupación es qué comer hoy pues mañana quién sabe), la impunidad hacia los depredadores del erario se mantiene y no se ve un futuro halagador para nuestro país. La mayoría de los países latinoamericanos han optado por cambios socioeconómicos en beneficio de su población y sólo México y Colombia se mantienen como “cachorros del imperio”, siguiendo las políticas neoliberales, en beneficio de los potentados, dictadas por Washington, el FMI y el Banco Mundial, y sus representantes en México, las televisoras, los empresarios, los banqueros y la iglesia.
¡Triste perspectiva para nuestro país!
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