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martes, 27 de abril de 2010

¡Hasta que conocí a Jesús!

Por fin han terminado las dos semanas (semana santa y semana de pascua) donde la miseria humana se manifiesta con toda su crudeza y el fanatismo religioso aflora sin dique que lo contenga.

La representación del “calvario” en Iztapalapa y las escenas de degradación que se transmitieron por TV de diferentes lugares y países donde se “celebran” este tipo de eventos, solo debe darnos vergüenza de que, en pleno Siglo XXI, el fanatismo religioso y la ignorancia sigan de la mano como lo ha sido desde que el hombre ha adorado dioses.

Friedrich Nietzsche, el gran filósofo ateo alemán, criticaba fuertemente esos actos de auto-humillación y autoflagelación derivados de la práctica de la religión cristiana y proclamaba (y reclamaba también) la presencia del “superhombre”, el cual sería aquel que pudiera eliminar de su mente a “dios” y se acercara a la naturaleza. Y solo el hombre puede hacerlo pues es el hombre quien lo ha inventado (de hecho, todos los miles de dioses –¿o millones?- que ha conocido la humanidad, han sido inventados, por necesidad, por los hombres).

Jesús, el hijo de “dios”, base de la religión cristiana, soporta su existencia a través de la Biblia (Nuevo Testamento) y en esta obra (nada divina pues fue escrita por humanos según “inspirados por dios”) se dibuja un dios (o semi-dios pues sería como Hércules que bajó del Monte Olimpo) con cualidades que no demuestran su origen divino: cruel con los animales, con poca sabiduría (comparándola con Confucio y Buda, p. e.) e intolerante y despiadado para aquellos que no acepten sus palabras (¿nos iremos al infierno los que no somos cristianos?, con el desempleo, la violencia y muerte cotidiana, rehenes de las televisoras y de los grandes empresarios, sin espacios educativos y la pobreza de millones de mexicanos a flor de piel, ¿no estamos ya en el infierno?). De aquí que era difícil que yo lo aceptara “en mi corazón”.

¡Ah! ¡Pero uno nunca sabe “los caminos misteriosos que tiene el señor”! He tenido la fortuna de conocer a un Jesús más “humano”, más “creíble”, más “sincero” y más “limitado”, en la obra “El Evangelio según Jesucristo” de José Saramago, escritor portugués Premio Nobel de Literatura 1998. Con la descripción que hace José Saramago de Jesús ha hecho que pueda imaginarlo, dentro de lo mítico que puede ser su existencia nunca comprobada.

La religión cristiana se basa en el sufrimiento, entre más se sufra se estará más cerca de ir al cielo, y María, su madre, así lo aceptaba pues Jehová (o Yavhé) había decidido castigar a Eva y sus descendientes féminas
“aumentando los sufrimientos de tu gravidez, tus hijos nacerán entre dolores”, y “hoy, pasados ya tantos siglos, con tanto dolor acumulado, Dios aún no está satisfecho y mantiene la agonía”, diría la partera Zelomi durante el nacimiento de Jesús.
Su padre humano, el carpintero José, siempre tuvo la incertidumbre de ser quien engendró a Jesús pues no podía explicar (ni María tampoco) la presencia de un ángel que desde que apareció (mera coincidencia) María se embarazó. Se salvó de morir ya que José supo, al escuchar un diálogo entre los soldados romanos, de matar a todos los niños menores de tres años por órdenes de Herodes. Pero este conocimiento se convirtió en una culpa que le persiguió toda su vida pues bien pudo José avisarles a los padres de los demás niños para que huyeran, pero solo quiso salvar al propio. Esta culpa que lo persiguió en sueños quiso enmendarla teniendo tantos hijos como María pudiera soportar, hasta ocho hermanos tuvo Jesús.

Pero nunca pudo liberarse de los sueños donde se veía él buscando niños para ser sacrificados. Culpa que muchos consideramos que debe ser imputable a dios pues, según dicen los que saben, “no se mueve una hoja en este mundo si no es por la voluntad de dios”, por lo que la muerte de los infantes debe ser atribuible a dios por encubrimiento (es lo mismo que pasa con Norberto Rivera que ha encubierto a Nicolás Aguilar como cura pederasta). Por eso Jesús hubiera querido atreverse a preguntar a dios:
¿Cuándo llegará, Señor, el día en que vengas a nosotros para reconocer tus errores ante los hombres?.
Por costumbre de esos tiempos el hijo tenía que tener el mismo oficio que su padre, pero no se le dio eso de la carpintería pues José estaba limitado a hacer piezas que no requirieran de mucho talento, por lo que poco le pudo enseñar a Jesús. Avergonzado de la culpa de su padre y sentirse que su vida se la debió a muchos inocentes cruelmente ejecutados por la espada del soldado romano, se va de casa donde se pasa un tiempo pastoreando ovejas. Aquí es donde conoce a Pastor (el mismo demonio creo) y, en uno de esos duelos verbales sobre lo que es o no es dios, se la deja ir Pastor diciéndole:
“… no me gustaría verme en la piel de un dios que al mismo tiempo guía la mano del puñal asesino y ofrece el cuello que va a ser cortado” y otra: “dios es el único guardián de una prisión donde el único preso es tu dios”.
Conoció a María de Magdala (María Magdalena) y aquí es donde más impacta la figura de Jesús. con su inocencia (cualidad que le llegó al corazón de María de Magdala), y se sonrojó cuando, sabiendo que perdería su virginidad (¡total, mundo hay te quedas!), acepta quedarse en su casa en una encerrona de 8 días. ¡Ah! ¿Quién podría dudar de sus poderes divinos? ¿A quién conocen Uds. que pueda soportar 8 días sin salir de la cama y sin rajarse? María de Magdala tuvo que poner un aviso en la puerta de su casa avisando a sus clientes que estaría ocupada. Y no se notó decepción en la cara de ella, Jesús salió bravo para estos menesteres.

En fin, les recomiendo mucho este libro y ya estoy saboreando la ultima obra de este autor: “Caín”.

Del Jesús señalado en la biblia al Jesús de José Saramago, me quedo con este ultimo.

martes, 13 de abril de 2010

La violencia en el país de "Vivir mejor"

Como su nombre lo indica - Fisgón

La muerte ronda en cada colonia y en cada ciudad de nuestro México. Amas de casa, trabajadores, estudiantes, transeúntes, niños y ancianos, todos pueden ser víctimas de las balas de los militares y ser considerados "daños colaterales" por el gobierno espurio en esta insensata guerra personal de FeCal contra el "crimen organizado".

Jóvenes estudiantes asesinados en Ciudad Juárez durante una fiesta particular, estudiantes del "Tec" de Monterrey asesinados a las puertas de su escuela, dos niños asesinados en un retén militar en Matamoros, dos hombres colgados en Cuernavaca, muchachos asesinados en Torreón, niños estudiantes asesinados en Durango, una cabeza humana aparece en un jardín de Celaya, son los titulares de los diarios que dan muestra de la barbarie en que vivimos.


Pero, ¿quién es el culpable de todo esto?, ¿quién ha sacado al ejército de sus cuarteles y puesto en las calles de las ciudades?, ¿quién se ha aventurado en esta guerra sin una estrategia global que garantice la victoria?, ¿quién utiliza al ejército como instrumento disuasivo para aplacar cualquier intento disidente de la sociedad que no acepta el fraude electoral?, ¿quién se muestra 'bravucón' solo porque lo protege el ejército?, ¿quién ha sido tan insensible ante el dolor de quienes pierden a sus seres queridos?.

FeCal tendrá en su conciencia (si es que la tiene el móndrigo) la muerte de todos los mexicanos civiles e inocentes que han muerto derivado de esta guerra donde los ciudadanos no sabemos quiénes son los malos, ¿el ejército?, ¿los sicarios?.

Tan insensible que ni el dolor de una madre lo conmueve, tan cínico que le vale madres que le 'escupan' en la cara su ineptitud, tan arrogante que sigue "montado en su macho" (total, ninguno de los muertos es pariente suyo), tan servil que solo sirve a los intereses de los EU.

"Entonces tú eres de los que dicen que estaríamos mejor con López Obrador, no?", me dicen con risa estúpida pendejos que se las están dejando caer (jodidos, con trabajo jodido y con vida jodida) y aún están contentos. "Es que estamos mejor que en Cuba y en Venezuela", otra estupidez que escucho.

¡No sé!, les contesto, pues es imposible saber si estaríamos igual, mejor o peor con AMLO pues un pueblo indolente permitió que se cometiera el primer fraude electoral del presente siglo.

Pareciera cierta la frase de que "todo pueblo tiene el gobierno que se merece".

¡Qué lástima!

miércoles, 7 de abril de 2010

La intolerancia de la derecha o “al final del arco iris”.

Bandera Gay

Se ha hecho gran alboroto por la legislación aprobada en la Asamblea Legislativa del DF para que parejas de homosexuales y lesbianas puedan contraer matrimonio, además de permitirles poder adoptar niños.

¡Santo niño de atocha!, ¡dios nos agarre confesados!, ¡hasta donde hemos llegado, señor Don Simón!, gritan las Celadoras de la Vela Perpetua, las Hijas de María Inmaculada y toda la grey católica, incluídos los panistas.

En un supuesto estado laico (independiente de cualquier organización o confesión religiosa), solo se debería tener en cuenta el apego a las leyes, entre ellas, la máxima: La Constitución Política de los EU Mexicanos.


Ésta, en su Artículo 1o, establece que "Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico, nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas", por lo que solo este artículo debería ser suficiente para soportar esta nueva legislación. Si a todos los homosexuales y lesbianas se les exige pagar sus impuestos y el acatamiento de las leyes, ¿por qué no se les permite tener los mismos derechos que tienen los demás ciudadanos?


Pero como tenemos un estado confesional, donde los principios de civilidad se ven ultrajados por los dogmas religiosos de políticos mochilones como Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón, este arcaico y fanático religioso ha instado a la PGR (¿debería ser independiente del ejecutivo la dependencia que imparte justicia, no?) para que solicite una revisión por parte de la SCJ buscando derogar lo dispuesto en el DF siendo sus argumentos tan triviales pues bien sabemos que están basados en preceptos que dicta la iglesia.


Al respecto, y considerando que cualquier religión se sustenta en la ignorancia de la gente que cree en ella y que obliga a tener fe a sus creyentes prohibiéndoles pensar por sí mismos y preguntarse el porqué de las cosas, manifiesto mis dudas que ningún fanático religioso ha podido contestarme (sin la concebida respuesta de que me falta tener fe):

- La homosexualidad es considerada "un error" por la iglesia, pero si nada se mueve "sin la voluntad de dios", ¿cómo puede equivocarse dios al permitir que nazcan si se considera omnipotente e infalible?

- ¿En qué parte de la biblia (antiguo y nuevo testamento), los dioses (padre e hijo), deploran la homosexualidad y el lesbianismo?

- Si dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, y el homosexual no es "un error", entonces ¿dios es homosexual?

- Si la homosexualidad es "algo maligno", ¿por qué la iglesia no expulsa a tantos curas que les gusta que "les habran la cajuela y les esculquen"? (así dicen en Guadalajara). El 40% de los seminaristas y sacerdotes son homosexuales (según ONG's) contando además con los pederastas.

- Cuenta José Saramago (Los Evangelios según Jesucristo) la tentación que tuvo Jesús cuando Pastor (no se sabe si era un ángel o el demonio) le dice que escoja una oveja para satisfacer sus necesidades sexuales. Jesús se indignó mordiéndose los dedos, pero se quedó con Pastor, ¿quería o no quería?

Sobre la posibilidad de adopción por parejas de homosexuales o lesbianas:

- ¿Quién puede asegurar que un niño nacido en hogar "normal" será feliz? Sólo recuerden, como ejemplo, el caso deplorable de la niña Paulette.

- ¿Quién puede asegurar que un matrimonio entre hombre y mujer sea feliz "hasta que la muerte los separe"?

- ¿Quién habla en nombre de los niños huérfanos que quisieran tener la oportunidad de vivir con una familia a vivir entre cuatro paredes frías de un orfelinato o casa-cuna?

Una sociedad tolerante, que evite la discriminación de cualquier índole, es la única opción para vivir una verdadera democracia.