Crítica a noticias religiosas actuales.
Estimados amigos, no he podido contenerme en hacer de su conocimiento noticias que pueden transformarles su vida. Al menos a mi me ha dado motivo para reconsiderar lo que he hecho de ella.
Resulta que la alta jerarquía católica, después de haber hecho contacto con los dioses (¡qué habrán fumado!) han decretado que el "limbo" no existe. Esto es, el lugar donde se quedan los niños que mueren y no fueron bautizados ya no existe por decreto. ¡Qué maravilla! Ahora los padres ya no tendrán que andar a las carreras para preparar una fiesta de bautizo con el miedo a que en cualquier momento se les muera la criatura y ésta no pueda ingresar al cielo. Pero lo que ha provocado un vuelco en mi corazón es que, después de esta junta con el padre, el hijo y el espíritu santo, se llegó a la determinación de que, gracias a su misericordia, los que no profesan la religión católica también pueden llegar al cielo. El ingreso a la casa celestial estaba vedado desde tiempos de San Agustín que decía que San Pedro sólo admitiría a quienes creyeran en Jesucristo. Ahora, los millones de chinos, los musulmanes, los hindúes, los judíos, los ateos (¡bendito sea el señor que no nos dejaron fuera!), las tribus africanas y las australianas tendrán la posibilidad de que sus almas estén en el infinito y el más allá.
Sólo que hay una pequeña condición (como en las promociones mercantiles siempre hay restricciones!), que debemos "portarnos bien". Esto no es tan simple como parece pues en el enfoque del dogmatismo católico el "portarse bien" significa que debemos discriminar a los homosexuales, lesbianas y todo aquel con preferencias sexuales diferentes al prototipo de hombre-mujer señalado en el Génesis. Ya el papa Ratzinger nos dió el ejemplo pues siendo joven militó en las Juventudes Hitlerianas y, como parte del grupo paramilitar y porril al que perteneció, se dedicó a golpear a negros, homosexuales, comunistas, judíos, musulmanes y todo aquel que no tuviera sangre aria.
También, "portarse bien" significa estar en contra del aborto aún siendo el embarazo producto de violación y no importando que esté en peligro la vida de la madre o, simplemente, que no se tengan las condiciones económicas y sociales para aumentar la familia.
Además, se requiere estar en contra de la eutanasia (muerte asistida) y dejar que sufran las personas que quieren dejar esta vida cuando ya clínicamente no es posible tener una vida digna por la enfermedad en etapa terminal que padecen.
Se tiene que estar, también, en contra del uso del condón y cualquier otra forma de planificación familiar.
Aquí en México, es obvio decir que "portarse bien" es votar por el PAN. La iglesia solicita que en las próximas elecciones recordemos que el cielo es azul.
Como considero que es fundamental en una sociedad libre y democrática el respeto a todos los individuos en sus preferencias sexuales, que el aborto debe ser una decisión libre de la mujer de acuerdo a sus principios y sus necesidades, que la eutanasia es un derecho de las personas a tener un final digno de su vida, que el uso de los preservativos da la posibilidad a las familias de tener un futuro prometedor al planificar su crecimiento y que no voy a votar por el PAN por ser un partido conservador y mochilón y que ha demostrado ser continuidad de las peores prácticas del PRI, me niego a "portarme bien", por lo que si alguien quiere saludarme después de muerto, allá los espero en los "mismitos infiernos".
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