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jueves, 17 de septiembre de 2009

¿Qué festejamos?

(Venado)

La pregunta parecería muy sencilla, pero creo que tendría que verse más allá de recordar un aniversario más de aquella madrugada del 16 de septiembre de 1810 donde el cura Miguel Hidalgo lanzó el famoso “grito de independencia” dando inicio, precipitadamente, a la lucha por el poder que los españoles peninsulares habían mantenido durante 3 siglos y que los criollos (españoles nacidos en el “nuevo mundo”) querían tener.

Pero, a casi 200 años de “vida independiente”, no tenemos mucho de qué alegrarnos. Tenemos indicadores que nos muestran que somos un remedo de país para la extensión y riquezas naturales con que contamos. Somos el último lugar en indicadores económicos del grupo de la OCDE con un crecimiento económico semejante a Haití y a Barbados, con resultados reprobables en educación (el gobierno panista le ha dejado la política educativa a la mafiosa Elba Esther Gordillo), con un gobierno ilegítimo producto del gran fraude cibernético del 2006, con un desempleo galopante que aumentará con los 10 mil burócratas que dice Cartens serán despedidos al desaparecer tres Secretarías de Estado (pero la alta burocracia y sus prestaciones son intocables así como el pago a los banqueros por el Fobaproa), con una impartición de justicia que depende del poder económico con que cuenten los involucrados, con un estado represivo que ha involucrado al ejército para contener y disuadir cualquier manifestación ciudadana (el pasado 15 en la noche, el centro de Querétaro estaba sitiado por los militares), con una cínica clase política que cuida sus privilegios (el sinvergüenza de Fox ha dicho que él “si necesita” los 150 mil pesos mensuales de pensión que tienen los ex-presidentes pero que es necesario el aumento de los impuestos, ¡qué méndigo!), el país es líder en secuestros (ha desbancado a Colombia) y segundo en periodistas asesinados (después de Irak), con una clase empresarial que no paga impuestos y que ha generado que pocos mexicanos se encuentren entre los más ricos del mundo, y un clero católico caciquil que gobierna territorios como en Jalisco (Juan Sandoval Íñiguez) y en Ecatepec (Onésimo Cepeda).

Pero el pueblo, cansado de tanto agravio, se ha levantado en armas sin tener los privilegios de la victoria. Primero apoyando a los criollos en la lucha por la independencia, combatiendo contra los gringos y la ineptitud de Antonio López de Santa Ana, con los liberales en la Guerra de Reforma contra el clero y los franceses, con los revolucionarios para acabar con los “científicos” y la “paz porfiriana” que solo daba riqueza a los hacendados y terratenientes.

¿Cómo festejar cuando existen los mismos depredadores que han saqueado al país desde hace 2 siglos?

Una iglesia reaccionaria y fundamentalista, que causa risa al declarar que, a pesar de haber sido excomulgados Hidalgo y Morelos, éstos murieron en el “seno” de la iglesia pues se “confesaron” antes de morir; un PRI coludido con la peor ralea de mexicanos como Salinas de Gortari y los empresarios televisivos, manejando como marioneta al copetudo de Peña Nieto como delfín presidenciable al 2012; un PAN conservador y fundamentalista que antepone el interés social y la aplicación de la Constitución por los dogmas religiosos y la biblia; y un PRD de los “chuchos” que solo buscan preservar sus canonjías.

Por eso FeCal “tiró la casa por la ventana” la noche del 15 de septiembre pasado para seguir dando “pan y circo” al pueblo.

¿Necesitamos llegar al 2010 para otra revolución?

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