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sábado, 12 de julio de 2014

Nuestra percepción de la realidad.

Los últimos estudios sobre el origen del universo han generado una gran cantidad de teorías que impulsan el anhelo del ser humano de encontrar las respuestas a todos sus dudas y cuestionamientos. Ya no se pone en duda que hace aproximadamente 14 mil millones de años se produjo la “Gran Explosión” (Big Bang) como el inicio de la existencia de nuestro universo a partir de que se comprobó que las galaxias se alejan aceleradamente en una especie de “inflación del universo”; también se pudo calcular la edad de nuestro Sistema Solar, el cual es de aproximadamente 4 500 millones de años, siendo nuestra estrella, el Sol, producto de una segunda o tercera generación de una supernova, la cual ocurre cuando una estrella, al final de su vida, estalla para regresar al universo todos los elementos químicos que utilizó en vida.

Además de lo anterior, existe la posibilidad de la existencia de universos paralelos (multiversos) creados por continuos Big Bang’s como el que vio nacer al nuestro. Y todo esto sin ayuda de algún dios o ser omnipotente, pues no pudo haber tenido tiempo ya que el mismo tiempo también se origina con el Big Bang. El tiempo, tan difícil de describirlo, pero sabemos que tiene un solo sentido, por lo cual solamente podemos viajar al futuro y no regresar al pasado, si pudiéramos viajar a velocidades cercanas a la de la luz o permanecer cerca de un objeto de gran masa como un “agujero negro”, en ambas situaciones el tiempo se va deteniendo con respecto a un lugar fuera de estas dos condiciones.

Si la Ciencia nos da respuestas sustentadas en indicios y evidencias contundentes, ¿por qué percibimos la realidad de forma diferente?, ¿por qué millones de personas creen todavía en la existencia de dioses, vírgenes, santos, milagros, chamucos, “cielos” e infiernos? Ya me cansa escuchar todos los días frases como: “primero dios”, “si dios quiere”, “así lo quiso dios”, “es la voluntad de dios”, “dios dispone”, etc. Dicen los fanáticos religiosos que dios nos dio el “libre albedrío”, entonces qué sentido tienen ésas frases. Y luego subrayan que “no se mueve una sola hoja de un árbol si no es por la voluntad de dios”. ¡Por fin! ¡Decídanse!

Culpo a la religión, principalmente a la secta católica (secta derivada del cristianismo), por el valemadrismo, conchudez, conformismo y apendejamiento del pueblo mexicano que ha propiciado que nuevamente el pri esté en el poder y que, aún después del último “gasolinazo”, el pri haya ganado rotundamente en Coahuila y Nayarit en sus recientes procesos electorales. ¡Cómo es posible que los votantes sigan vendiendo su voto (y su dignidad) por comida y unos cuántos pesos en materiales! Ya Luis Videgaray declaró cínicamente que no bajará el precio de la gasolina con la aplicación de la reforma energética, cuando esta promesa fue utilizada publicitariamente como el principal beneficio.

Pero si tenemos a un presidente que sin recato dice que “se demostró la grandeza del país” por haber empatado la selección de futbol con Brasil, ¡qué se puede esperar de un pueblo que en su mayoría recibe la basura informativa de comunicadores lame-botas como López Dóriga y Loret de Mola!

Tampoco comprendo cómo se pueden crear tres partidos, dos de los cuales nadie sabía de su existencia: el partido Encuentro Social y el Humanista, los dos de tinte religioso (mochos) y que nunca se supo cuándo hicieron sus asambleas. En MORENA, se tuvieron que hacer dos asambleas en Querétaro porque en la primera faltaron como 50 personas para hacer el quórum, ¿cuándo las hicieron estos dos partidos de derecha?

Con el registro de MORENA vuelve la esperanza de un partido de izquierda que genere un verdadero cambio en México, donde se ponga un coto a la avaricia de los más pudientes, donde el petróleo genere beneficios para todos los mexicanos y no para un sindicato corrupto que estarán coludidos, en un futuro cercano, con las grandes empresas petroleras extranjeras, fuentes de trabajo con salarios dignos sin outsourcings y una impartición de la justicia que no dependa del poder económico de los involucrados.

Desafortunadamente, el pueblo sigue teniendo miedo al cambio, por eso sigue creyendo en dioses y virgencitas, sigue yendo a las iglesias a escuchar dogmas que no han cambiado en 1 700 años y no permiten cuestionamientos, y siguen votando por los corruptos del pri y por los mochilones del pan.


¡Qué pena!

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