Fox no se atreve a molestar al clero.
Mis estimados amigos, fue demasiado esperar que Fox se comportara como un verdadero presidente y ha llegado a acuerdos (aunque lo nieguen los boletines de prensa de la presidencia) con el cardenal Sandoval Iñiguez para hacer una investigación light que no afecte los intereses de éste truhán. Era mucho pedirle a este presidente que, como lo señalan los comentaristas de Radio UAQ, ha sido un "accidente histórico" del que tenemos que recuperarnos algún día.
Por un momento creí, inocentemente, que Fox tenía dignidad, principios y convicciones, y que no tenía miedo de afectar intereses tan poderosos como los de la mafia religiosa que actualmente oprime a México con sus intrigas. Qué esperanzas que se comportara tantito como un Don Benito Juárez, que estableció claramente la separación entre Iglesia y Estado y expropió los bienes eclesiásticos. Todavía los Caballeros de Colón y las Celadoras de la Vela Perpetua no le perdonan su proceder y a la sola invocación de su nombre se persignan (¡cruz, cruz, que se vaya el diablo y que venga Jesús!). Al cardenal Sandoval se le ha olvidado dos frases que se le atribuyen a Jesús: "Dad al César lo que es del César y A Dios .... que te vaya bien" o algo parecido y "Mi reino no es de este mundo". Para el cardenal, su reino sí es de este mundo y quiere disfrutarlo amasando fortuna lavando el dinero de los narcos en el hipódromo de su compadre el Sr. Guardia en Cd. Juárez.
Antes de irse a NY Fox estuvo aquí en Querétaro para volver a inaugurar el aeropuerto que sigue sin ser utilizado porque todavía no está terminado, pero como el gobernador Loyola se lo dio como regalo de su cumpleaños el pasado 2 de julio, cada vez que viene inaugura un avance de la obra. También inauguró el Centro Cívico la cual es otra obra que no ha sido terminada y que ha sido preferida como obra por los panistas locales en lugar de preferir las obras de drenaje pluvial que tanto le hace falta a este municipio.
Pero lo que ha resultado patético es que inauguró también el Centro Cultural. Esta obra originalmente había sido concebida como la Biblioteca Central por el gobierno panista de la ciudad pero, siempre hay un pero, descubrieron los panistas, cuando casi terminan la obra, que una biblioteca requiere libros. ¡Hazme el recabrón favor! A ningún funcionario panista se le iluminó el cerebro (o ninguno a entrado en su vida a una biblioteca como supongo que le ha pasado a Fox) y no presupuestó la compra de libros. Después de la ingrata sorpresa de saber que se requieren libros en una biblioteca, tuvieron que cambiar el concepto de la obra para convertirla pomposamente en Centro Cultural.¡Pobres panistas! ¡Que Dios los perdone porque yo no puedo!
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